Se le llama entomofagia al consumo de insectos, aunque el término también se extiende a arácnidos y artrópodos en general. Esta es una práctica muy común en algunas culturas, como la originaria de ciertos países asiáticos, africanos y latinoamericanos, en donde pueden encontrarse muchas recetas en las que el ingrediente central sea un insecto.
Aunque esto no representa una práctica novedosa, ya que existen evidencias de que el ser humano ha incorporado insectos en su dieta desde la prehistoria, actualmente comer insectos es una práctica que ha tomado mucha popularidad gracias a la globalización, que ha llevado al occidente muchas de las tradiciones y recetas de diversas culturas, y los beneficios de estas tradiciones.
El auge y el aparentemente imparable incremento de la entomofagia en la dieta occidental ha hecho que muchos medios de comunicación, investigadores, chefs y miembros de la industria alimentaria centraran su atención en la práctica de comer insectos. Entre estos, la FAO, considera que existen beneficios en el ámbito ambiental, de salubridad y social que hacen a la entomofagia una alternativa a tener en cuenta para nutrir a muchas personas que sufren hambre a lo largo del mundo, e inclusive para cambiar los hábitos nutricionales de los países desarrollados.
Beneficios de la entomofagia en la dieta.
La inclusión de la entomofagia en la dieta humana trae una serie de beneficios nada despreciables, ya que según la FAO un insecto puede aportar un valor nutricional variado dependiendo de la etapa de vida en que este se encuentre.
Pero, por lo general, es aceptado que entre los beneficios de comer insectos se encuentran el alto porcentaje de nutrientes de alta calidad que estos animales ofrecen, los cuales se encuentran por encima de la carne y el pescado. Siendo ricos en fibras y micronutrientes, los insectos pueden ser en especial provechosos para el tratamiento de niños que padezcan desnutrición, por su gran cantidad de ácidos grasos.
Además del beneficio planteados anteriormente, cabe destacar que la entomofagia representa una disminución en el riesgo en la transmisión de enfermedades zoonóticas, o provenientes de animales, como el virus H1N1 o la enfermedad de las vacas locas.
Otros de los beneficios que afectan al ámbito de la salud y se encuentra directamente conectado al impacto social del consumo de insectos, es el hecho de que personas que no posean terrenos suficientes para dedicarse a la ganadería o la agricultura, podrán recolectar y criar insectos que posteriormente podrás consumir o comercializar, creando una mejor calidad de vida y, por ende, una mejor dieta y nutrición en las personas.
El aumento de la entomofagia en España
Después de la legislación Novel Food emitida para los países europeos el 1 de enero de 2018, se legalizó el comercio de productos alimenticios con insectos. Esta es una de las razones por las cuales existe actualmente un aumento de la entomofagia en países como España que empiezan a darle un voto de confianza a la práctica de comer insectos.
Esto es, principalmente por los bajos costes en la crianza de insectos, al ser un animal que consume pocos recursos, lo cual vuelve su comercialización en un negocio rentable tanto para el proveedor como para el comprador, que adquiere un producto nutritivo a un precio reducido, lo cual puede ser uno de los factores determinantes del auge de la entomofagia en España.
Como vimos en este post, la entomofagia es una práctica muy interesante que, en un futuro no muy lejano, quizá sea la mejor alternativa que tengamos para salvarnos del fantasma sempiterno del hambre y la desigualdad social en diversas partes del mundo.
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